Castellano / Euskera
Los humanos somos como los árboles, arraigados a la tierra en un extremo y tendiendo al cielo desde el otro. Cuán alto podemos tender depende de la fuerza de nuestro arraigo. Como criaturas de la tierra estamos conectados al suelo a través de las piernas y de los pies. Si la conexión es vital decimos que la persona está enraizada en la tierra., lo que significa que sabe quién es y dónde está parado. Estar enraizado es estar conectado con las realidades básicas de la vida: el cuerpo de uno, su sexualidad, las personas con las que mantiene relaciones.
No basta con saber que uno tiene los pies en el suelo, lo que se requiere es el proceso energético en el que la onda de excitación descienda por el cuerpo hasta las piernas y los pies. Nos sentimos enraizados cuando la onda de excitación llega al suelo, invierte su dirección y fluye hacia arriba, como si la tierra nos empujara para sostenernos erguidos.
La calidad del enraizamiento de un individuo determina su sensación interna de seguridad. (Lowen)
Estando realizando el curso de psicomotricidad de ayuda, aquél verano tuvimos una formación personal larga, en la que tuve la suerte de experienciar la seguridad del suelo y de los apoyos, y algo más tarde con la observación de videos de bebés, la comprensión de la angustia de pérdida de sí en el bebé. Integré corporalmente de que en los primeros meses de vida el bebé no es nada sin su madre, que necesita estar contenido y sostenido por la madre para poder llegar a ser. Tras esto surgió en mí la necesidad de buscar un marco teórico que me ayudara a entender mejor lo vivenciado en aquel curso y con todo este bagage interno y un par de libros, me fui unos días al monte con una amiga.